Macklemore sobre la victoria de Trump

Llevo todo el día leyendo sin parar opiniones sobre lo ocurrido en las elecciones de EEUU. Un poco alarmado por la confusión y el miedo general he contactado con mi amigo estadounidense John, una extraordinaria persona que me ha transmitido también su preocupación por la victoria de Trump. Por John y su maravillosa mujer Loren y por todos los que hoy vivís con incertidumbre lo ocurrido, quiero compartir con vosotros este extraordinario texto del cantante norteamericano Macklemore. Porque hay cosas que sí dependen de nosotros. Y es en ellas donde debemos volcarnos. Es algo largo y la traducción es propia, pero estoy seguro de que os removerá por dentro. Aquí va:

«Estoy decepcionado, conmocionado y agitado en mi corazón por lo que ha ocurrido esta noche. Me reuní alrededor de la televisión con mi familia y mis seres queridos, listo para celebrar cómo se hacía historia. Mi hija tenía este pequeño vestido azul. Yo estaba listo para descorchar el Martinelli y sostener a mi hija, viendo a Hilary Clinton convertirse en la primera mujer presidente de los Estados Unidos de América. Pero … No sucedió. Tenía una sensación de malestar en mi estómago, lleno de ansiedad cuando las encuestas empezaron a llegar. Después de horas de un agujero creciente en mi interior, todo había terminado. Dejé la televisión, cogí a mi hija y la llevé a la cama.

Pero ahora, acostado junto a ella mientras duerme, recuerdo. Recuerdo las cosas sobre las que tengo control y las que no. No tengo control sobre Donald Trump convirtiéndose en presidente. Esa decisión ya ha sido tomada. Pero sobre lo que sí tengo control es sobre a dónde voy a ir desde aquí.

Voy a enseñar a mi hija a amar. A todas las personas, sin importar el color de su piel, género, creencias religiosas, orientación sexual o de dónde dice que son su certificado de nacimiento. Le enseñaré lo importante que es ser un defensor de la humanidad. No sólo la parte de la humanidad que le beneficia. Le enseñaré a comunicarse de manera no violenta. Que ante el odio debemos amarnos aún más. A que no ceda, no se desanime o sienta que nuestro progreso en el pasado es nulo. Mantener la lucha por todos nosotros, con énfasis en aquellos que han sido los más afectados por la opresión sistémica. Yo le enseñaré que cuando ella calla durante momentos de injusticia, se pone del lado del opresor. Le enseñaré que los muros dividen a la gente, y por su naturaleza no pueden acercarnos más. Y que porque alguien tenga la posición más poderosa del mundo, no hace que esa persona sea correcta, justa u honesta. Donald Trump no va a criar a mi hija. Yo lo haré. Puedo animarla y nutrirla para que sea quien ella quiere ser. Enseñarle que su voz y sus acciones pueden cambiar el mundo. Enseñarle que puede hacer cualquier cosa que un hombre pueda hacer. Y un día, incluso, llegar a ser presidenta de los Estados Unidos de América. Tengo trabajo que hacer. Comienza ahora. Y ese trabajo es lo único que me trae paz en este momento»

Publicado en Sin categoría | Deja un comentario

16. Viaje a Vietnam y Camboya. Conclusiones

Nuestro viaje de 16 días por el Sudeste Asiático fue una aventura que nos aportó mucho personal, cultural y espiritualmente.

Asia es un continente en el que las costumbres y la forma de ver el mundo es muy diferente de la nuestra lo que, siempre y cuando vayas bien dispuesto, resulta muy enriquecedor.

Vietnam y los vietnamitas nos sorprendieron muy favorablemente. El país es una auténtica joya, repleto de historia, de cultura, de arte y de unos paisajes naturales verdaderamente espectaculares. Pero lo mejor es su gente. Pese a haber pasado auténticas penurias y vivir aún hoy en un régimen dictatorial que les priva de muchas libertades, los vietnamitas siempre tienen la sonrisa en la cara, te tratan con amabilidad, son atentos, optimistas y disfrutan de lo que tienen, sea poco (lo habitual) o mucho.

Y de Camboya, o de Siem Reap y Angkor que es lo que hemos visto, decir que se trata de una visita imprescindible. Es difícil calibrar la riqueza cultural que supone la visita a los templos, el milagro que significa que sigan allí y que se pueda disfrutar de ellos. Es un sitio mágico que no hay que perderse.

En cuanto al itinerario que hemos hecho (y que tenéis en el primer post de este diario), lo consideramos bastante atinado teniendo en cuenta lo que queríamos ver y los días que teníamos. Quizá hubiera sido mejor hacer primero Sapa y luego la Bahía de Halong, por eso de meterse primero la paliza del trekking y luego el relax del barco, aunque al ir después de Sapa a Hoi An, también nos sirvió para recuperarnos.

Y llega el momento de los Highlights del viaje, los momentos y los lugares TOP de nuestros 16 días en Vietnam y Camboya:

– El primer encuentro con el Old Quarter de Hanoi, el barrio viejo de Hanoi. Las motos, la gente en la calle, el ambiente, los olores, las casas…

– El Templo de la Literatura en Hanoi, el oasis de paz dentro de la locura y los ruidos de la ciudad.

– El momento en que el crucero por la Bahía de Halong llega a los primeros islotes. La visión de las pequeñas montañas en el agua esmeralda de la Bahía.

– El atardecer en la Bahía de Halong. Puede que fuera el mejor momento de todo el viaje. Sencillamente inolvidable.

– La visión de las terrazas de Sapa durante el trekking del segundo día. Los colores del valle, los campesinos, la visión de los campos de arroz…

– Las charlas con las ancianas de la tribu Black HMong en Sapa. Lo mucho que nos transmitieron y lo que aprendimos en aquellas horas de trekking por su tierra.

– Hoi An. Así, enterito. El pueblo, la playa, el clima, la comida. Todo.

– La sensación cuando recorrimos el trecho de túnel que se puede visitar en Cu Chi. Hay que vivirlo para entenderlo.

– La charla con Tam, nuestra guía de las excursiones en Ho Chi Minh. Nos enseñó mucho de la vida vietnamita ayudándonos a valorar más lo que tenemos.

– Angkor Wat, Ta Prohm y Bayon. Las tres joyas de Angkor. Difícil explicarlo con palabras.

– Los ratos de trayecto en el tuc tuc con Pao. Otro tío sensacional que nos aportó mucho en nuestro viaje.

Un viaje que pasará a formar parte de los grandes momentos de nuestro vida, que recordaremos con cariño y que guardaremos para siempre en nuestro corazón y en nuestra memoria.

Publicado en Viajes | Etiquetado , , , | Deja un comentario

15. Viaje a Vietnam y Camboya. Siem Reap-Bangkok-Estambul-Madrid: El Largo Regreso a Casa

El 18 de julio iniciamos nuestro largo regreso a casa el que nos llevaría desde Camboya a Madrid haciendo escala en Bangkok y Estambul. Amanecimos en el Memoire D’Angkor de Siem Reap, terminamos de hacer las maletas y ya con todo preparado, bajamos a desayunar y nos marchamos para el aeropuerto. El hotel tiene servicio de tránsfer gratuito tanto en la ida como en la vuelta.

El vuelo de Bangkok Airways salió puntualmente y sólo una hora después estábamos aterrizando en el aeropuerto internacional de Suvarnabhumi. Para entrar en Tailandia, no necesitas gran cosa si eres ciudadano español y vas a estar menos de 30 días. Basta con el pasaporte con vigencia de 6 meses, cumplimentar un formulario que te darán en el avión y mostrar el billete de entrada y el de salida.

Como teníamos que pasar obligatoriamente por Bangkok para volver a España (habíamos cogido vuelo de ida y vuelta a la capital de Tailandia porque salía mucho mejor de precio), decidimos que merecía la pena pasar unas horas en la ciudad. El vuelo desde Bangkok a Estambul salía a la mañana siguiente, por lo que teníamos casi un día completo.

Para facilitarnos un poco la vida (y estar más tranquilos de cara al traslado al aeropuerto del día siguiente), decidimos coger un hotel baratito y pegado a Suvarnabhumi: el Lilac Relax Residence. Se trata de un pequeño hostal especializado en este tipo de escalas. Tiene tránsfer gratuito ida y vuelta al aeropuerto y buena conexión con el centro.

Una vez en el Lilac, hicimos el check in, dejamos las maletas y cogimos lo necesario para echar el día en la ciudad. En recepción, preguntamos cómo llegar al centro y cambiamos un poquito de dinero en Bahts.

El trayecto hasta el corazón de Bangkok nos llevó más o menos 45 minutos. Nos habían aconsejado que para un tour de un día, cogiéramos el crucero por el río Chao Praya que atraviesa la ciudad y nos bajáramos en la zona de los templos más importantes. Y eso hicimos.

El primero que vimos fue Wat Arun.

Situado a la orilla izquierda del río, es uno de los que más nos gustó. Desde arriba (su stupa mide unos 85 metros) hay una buena vista de la ciudad.

Justo enfrente (cruzando el río), se encuentra Wat Po, el famosísimo templo del Buda Reclinado. El patio del recinto es muy bonito, pero la joya se encuentra en el interior: un impresionante buda tumbado de 43 metros. Es muy impresionante…

La entrada a los dos templos cuesta lo mismo, 100 bahts (unos 2,5 euros) y la visita os llevará pues entre los 30 minutos y la hora, depende de lo que os detengáis.

Desde allí, seguimos camino hacia el Gran Palacio Real y el Templo del Buda Esmeralda. La distancia andando es de unos 20-25 minutos. Lo malo fue que el cielo, negro desde que aterrizamos, decidió que era el momento de descargar. Fue espectacular la que cayó en 15 minutos. Conseguimos refugiarnos en una de las puertas laterales del Palacio. Y fue una suerte porque nos hubiéramos calado enteros… El Sudeste Asiático y sus chaparrones…Sonriente

Una vez escampó, conseguimos llegar hasta el Palacio Real. Al acceder a la puerta principal, nos dimos cuenta de que iba a ser difícil hacer la visita, pues había una cola brutal. Preguntamos y nos dijeron que habría que esperar aproximadamente una hora y media. Tras valorarlo, decidimos dejarlo para nuestra próxima visita .

Afueras del Palacio Real

Como era ya la hora de comer, cogimos un taxi dirección a la calle que todo el mundo recomienda en Bangkok para tomar algo y pasear: Khao San Road.

La verdad es que mola bastante y el ambiente es de lo más variopinto. Mientras caminábamos admirando sus puestos y buscando donde comer, nos ofrecieron todo tipo de cosas, como masajes o brochetas de escorpión y serpiente. Declinamos amablemente y terminamos en un sitio con una buena terraza donde comimos los famosos pad thai, el plato franquicia de la cocina tailandesa, un wok de fideos con pollo, pimiento rojo, tamarindo… Muy bueno, sano y barato.

Tras dar una buena vuelta por la zona y casi con el anochecer encima, cogimos otro taxi para dirigirnos a otra de las atracciones de la ciudad: el MBK.

Situado en Phayathai Road, 444 (en el Skytrain es la parada del National Stadium), es uno de los centros comerciales más grandes de Asia. Tiene 8 plantas con todo tipo de artículos, además de todas las actividades de ocio que os podáis imaginar.

Dimos una vuelta, hicimos unas compras, tomamos un batido y a eso de las 19.00, emprendimos el regreso a nuestro hotel. El Lilac tiene, además del transfer que os contaba al aeropuerto, servicio de transfer hasta la parada de metro, lo cual es un buen servicio porque, aunque no está lejos, el barrio por la noche intimida un pelín.

La verdad es que Bangkok no nos gustó mucho, pero mereció la pena invertir aquel último día en visitar la ciudad. Aunque sólo fueran unas horas, pudimos ver más o menos las cosas imprescindibles y llevarnos una visual de la capital thai en la retina.

Ya duchados y descansados, decidimos usar el servicio de Pizza Hut del hotel. Y así, con una pizza y una peli en la camita, acabó nuestro periplo por el Sudeste Asiático.

A la mañana siguiente y tras un fantástico desayuno preparado al momento, nos llevaron al aeropuerto, donde cogimos puntual vuelo hasta Estambul. La escala fue cortita (dos horas) y a la hora prevista tomamos el último avión con destino Madrid.

Estábamos de vuelta tras 16 días de una aventura que siempre recordaremos.

Publicado en Viajes | Etiquetado , , , , , , , , | Deja un comentario

14. Viaje a Vietnam y Camboya. Siem Reap: Descubriendo los Otros Templos de Angkor

El jueves 17 de julio alcanzamos el penúltimo día del viaje. Lejos de ponernos tristes porque la aventura estuviera cerca de acabarse, nos levantamos con nuestra mejor sonrisa dispuestos a apurar a tope cada minuto.

Una de las cosas que recomienda todo el mundo en la visita a Angkor es ver el amanecer desde Angkor Wat. La noche anterior antes de despedirnos, lo hablamos con Pao y le pedimos su opinión. Pao nos dijo que para ver la salida del sol, nos tenía que recoger a las 4.45 y que las 5 últimas veces que lo había intentando con diferentes turistas, en ninguno de los casos se pudo ver por la presencia de nubes… La verdad es que eso nos desanimó bastante y ahora con perspectiva puedo decir que hicimos pereza. Entre la paliza que llevábamos ya acumulada de todo el viaje y la del último día, no nos apetecía nada arriesgarnos a pegarnos el súper madrugón, ir hasta allí y luego no ver nada. Así que decidimos no hacerlo. Puede que fuera un error y puede que el esfuerzo hubiera merecido la pena. Quizá la próxima vez…

Tras un espectacular desayuno en el hotel (quizá el mejor del viaje, aunque fueron todos tan buenos que es difícil de decir), salimos al encuentro con Pao, que estaba esperando con Sovni en la puerta.

Aquel día haríamos el circuito grande dentro del complejo, visitando templos más alejados, más pequeños y de menor importancia, lo que no quiere decir que no fueran auténticas maravillas, claro.

El primero fue Preah Rup. Hermoso templo de ladrillo rojizo con una gran escalera desde donde hay una muy buena perspectiva de la selva.

Desde allí fuimos al templo de Banteay Srei, siendo este el más lejano al estar situado a unos 35 kilómetros de Siem Reap. Pao lo definió, dejándonos alucinados, como «pequeñito pero matón» jajaja. Luego nos explicó que los turistas españoles que tiene le van diciendo frases típicas o dichos, se las explican, él se las apunta y luego las va usando. Así que ya sabéis, si vais con él, colaborad, que saca su libretita y lo apunta todo Muy feliz

Después de Banteay Srei llegarían East Mebon (famoso por sus figuras de elefantes y con una torres muy chulas también), Ta Som (parecido a Ta Prohm y con mucho encanto), Neak Pean (el templo de las Serpientes Entrelazadas, rodeado de agua), y Preak Khan (espectacular la foto que se puede hacer a través de sus puertas).

East Mebon

Ana y Pao en East Mebon

Neak Pean

Preak Khan

Entre medias de las visitas, Pao nos llevó a comer al mismo restaurante que el día anterior y acabados los templos, Ana y yo le pedimos a Pao que nos llevara a hacer una actividad un poco de guiris pero que a nosotros nos hacía ilusión, pues es algo complicado de hacer en Europa… Montar en elefante:

La verdad es que la sensación es una pasada y el precio, aunque inflado respecto a otras cosas en Camboya, tampoco es desorbitado pues cuesta 20 $ por persona subir en elefante a la colina de Phnom Bakheng, desde donde se ven unos espectaculares atardeceres. El paseo dura unos 20-30′, y se puede hacer entre las 7.30 am y las 17.00 aprox.

Una vez arriba de la colina, comprobamos que el paseo había sido muy chulo pero que del atardecer nos podíamos olvidar, pues a pesar de haber sido un día muy soleado, negros nubarrones amenazaban tormenta en el horizonte.

De hecho, nos dio tiempo a bajar de la colina, coger el tuc tuc dirección al hotel y en ese momento, el cielo abrió el grifo y cayó una impresionante tormenta. Pese al súper chaparrón, no nos mojamos, pues el tuc tuc estaba perfectamente preparado para la lluvia con una cubierta lateral y trasera que evita la mojadura. Y en cuanto a Sovni, nuestro conductor, la lluvia no le hizo titubear lo más mínimo. Se puso su chubasquero rojo y nos llevó entre el diluvio hasta el hotel.

Al llegar al Memoire D’Angkor llegó el momento de la despedida con Sovni y Pao. Son dos personas excelentes y forman un gran equipo, si estáis buscando guía y tuc tuc en Angkor en español, nosotros los aconsejamos encarecidamente. Antes de decirnos adiós, nos hicimos esta foto de recuerdo.

Ya en el hotel, como la tormenta nos impedía disfrutar de la pisci, probamos suerte en recepción para ver si había hora libre de masaje. Y ¡Bingo!,conseguimos un masaje en pareja a la media hora de llegar. Una delicia, qué os voy a contar.

Y tras el masaje, una siestecita y un buen baño de espuma, nos vestimos y salimos a cenar. En esta segunda noche fuimos a Genevieves (Sok San Road, Krong Siem Reap, Camboya +855 16 984 892). Lo elegimos, como casi siempre, por los buenos comentarios en Tripadvisor donde ocupa el puesto 2º.

El sitio está un poco escondido pero merece mucho la pena. Primero por la comida, tradicional a un precio estupendo. Segundo, por la causa que promueven los dueños, que son extranjeros, pero que están completamente identificados con el país y ayudan a un montón de gente. Tercero, por laatención, exquisita, personalizada, amable y atenta. Y cuarto, y aquí viene la sorpresa, ¡porque tienen un camarero que canta! ¡Pero que canta de maravilla, el tío! Normalmente, interpreta dos o tres canciones que amenizan la cena y que son otro punto a favor de Genevieves.

Nosotros cenamos los dos un espectacular Amok de pollo y dos batidos por 12 dólares, aunque dejamos una buena propina para colaborar con el dueño en la tarea tan bonita que realizan.

Y antes de enfilar de camino, hacia el hotel, pasamos por Pub Street a tomar algo y también compramos ropa americana (tipo Abercrombie, Ralph Lauren) en una tienda a un precio genial. La eterna duda de si es o no imitación, no nos importó mucho pues la calidad de la prenda era realmente buena.

Y así acabó nuestro periplo de dos días por Siem Reap y Angkor, agradecidos a Camboya por descubrirnos sus tesoros y preparados para iniciar ellargo regreso a casa.

Publicado en Viajes | Etiquetado , , , , , , | Deja un comentario

13. Viaje a Vietnam y Camboya. Siem Reap: Angkor Wat, Ta Prohm y Bayon

El miércoles 16 de julio nuestro periplo por Vietnam finalizó tras 10 días en los que terminamos absolutamente enamorados del país pero sobre todo de su gente. Los vietnamitas, sin ellos saberlo y seguramente sin pretenderlo, nos enseñaron muchas cosas aquellos días y se hicieron un lugar en nuestros corazones. Es lo que pasa con los viajes: que tú dejas allí un trocito de ti y, a cambio, te traes un trocito del país y su gente que siempre conservas con cariño.

Como el vuelo que nos alejaría de Vietnam y nos llevaría a Camboya era muy temprano (08.20), nos tocó madrugar. Ya habíamos dejado listas las maletas, así que ducha rápida, desayuno más frugal del que hubiéramos deseado y taxi camino del aeropuerto por el que pagamos 200.000 VND.

El VN3819 salió puntual y a eso de las 09.30 aterrizamos en el Aeropuerto Internacional de Siem Reap. El complejo es muy chiquitito y la arquitectura, típicamente camboyana. De hecho, el edificio principal es una especie de cabaña grande de tejado picudo muy chula.

Al llegar, hay que pasar los trámites fronterizos, a saber: rellenar un formulario y entregar 20 dólares americanos y una foto tamaño carné. Es conveniente que llevéis un boli a mano para agilizar los trámites y evitaros esperar. Llama mucho la atención que para una gestión bastante sencilla, hay como 10 ó 12 funcionarios. Uno te coge el pasaporte, otro lo sella, otro te cobra los dólares, otro te coge el papel… y así hasta que sales. Nosotros pagamos los dólares en efectivo y los llevábamos justos para evitar cualquier contratiempo.

Una vez pasada la frontera, recogimos las maletas y en el hall de entrada, nos esperaba Pao. Pao era el guía que habíamos contratado para que nos enseñara los templos de Angkor durante los siguientes dos días. Lo encontramos en los foros de Los Viajeros y fue un auténtico acierto: Pao esmajísimo, sabe un montón, habla español y es un enorme profesional. Se mereció cada uno de los 130 dólares que le pagamos por su guía de dos díaspor el complejo. Para contactarle, su dirección es molpao2005@yahoo.com

Además de hacer de guía, Pao se ocupa también del transporte. Cuando nos pusimos en contacto con él, te da a elegir entre moverte en Tuc Tuc (130 $) o en coche (160$). Nosotros elegimos tuc tuc, no por el precio, sino por ser mucho más auténtico. (Por cierto, en Camboya la moneda que se usa es el dólar americano).

Al salir del aeropuerto, Pao nos presentó a Sovni, su compañero y nuestro conductor de Tuc Tuc. Es un camboyano de padres chinos encantador, muy buen conductor y siempre con una sonrisa en la cara.

Cuando vimos el tuc tuc pensamos que las maletas no cabrían pero se las ingeniaron a la perfección y cubrimos sin problemas el corto trayecto que va desde el aeropuerto a la avenida principal de Siem Reap donde estaba nuestro hotel, el Memoire D’Angkor

Llegamos al hotel, una maravilla por cierto muy recomendable (lujo total por menos de 60 euros por habitación y noche con desayuno incluido), hicimos el check in, dejamos las maletas, nos cambiamos de ropa y volvimos al tuc tuc para iniciar con Pao y Sovni nuestra conquista de Angkor.

El complejo está situado muy cerquita de Siem Reap, a unos 10 minutos en tuc tuc. Sovni iba conduciendo y Pao iba sentado con nosotros en la cabina contándonos cosas. Es interesantísimo no sólo la información que te da de Angkor sino lo que te cuenta de su vida y de la forma de ver el mundo de los camboyanos.

Las entradas a Angkor son para 1 día (20$), 3 días (40$) o una semana. Nosotros íbamos a estar dos días así que compramos la de 3 días. La entradaes una especie de carné con foto y es un buen recuerdo para llevarla de vuelta a casa.

Pao nos dijo que lo más habitual y lo recomendable es el primer día ver los templos más pequeños y menos importantes y el segundo ver los más gordos, pero nosotros tuvimos que hacerlo al revés, cuestión de tiempo. Ese primer día ya eran las 12.00 pm y no nos daba tiempo a hacer el circuito más grande (de los templos más pequeños y a la vez, más lejanos). Así que fuimos directamente a lo más gordo… Angkor Wat.

La primera vista sobre el gran tesoro de Camboya te deja sin aliento. Rodeas el foso con el tuc tuc y cuando los árboles se abren, a través de una carretera ves al fondo las tres torres más altas de uno de los templos más famosos del mundo.

La visita fue espectacular. Pao nos iba desgranando los datos más importantes mientras nosotros mirábamos fascinados cada rincón de aquel templo, considerado, según cuenta Wikipedia, la mayor estructura religiosa jamás construida y uno de los tesoros arqueológicos más importantes del planeta.

Estuvimos unas dos horas conociendo los secretos de Angkor Wat. Tras la visita, llegamos de vuelta al tuc tuc con muuucho calor y allí estaba Sovni esperándonos con una botella de agua fría y su eterna sonrisa.

Eran ya las 14.00 así que Pao nos preguntó si queríamos comer, lo que nos pareció una buena idea. Sovni nos llevó al Khmer Angkor Kitchen, un restaurante dentro del mismo complejo en el que comimos bien por un precio razonable, aunque un poco más caro de lo habitual en Camboya. Había comida local pero también internacional. Pao y Sovni no entraron con nosotros, nos dijeron que los guías y los conductores comían juntos y que nos esperaban fuera en una hora. La pausa vino bien porque hacía muchísimo calor y notábamos un poco el cansancio del madrugón, el vuelo y la visita matutina.

La siguiente parada en nuestra jornada grande por Angkor fue el templo de Ta Prohm, famoso en el mundo entero por ser el lugar donde se rodó la película de Tomb Rider protagonizada por Angelina Jolie.

Pese a no tener las dimensiones ni la grandiosidad de Angkor Wat, Ta Prohm nos pareció una verdadera joya. La forma en la que la naturaleza se ha adueñado del templo es verdaderamente fascinante. Cada rincón que descubres es un regalo para la vista. Una vez escuchada la explicación de Pao, este nos recomendó que nos paseáramos sin prisa, que nos perdiéramos por el templo y que nos sentáramos en un lugar tranquilo. A esa hora no había mucha gente (cosa realmente rara) y fue maravilloso disfrutar de ese momento.

Y para completar la tripleta de los grandes tesoros de Angkor, terminamos la jornada en el espectacular templo de Bayón.

Vais a empezar a creer que no puede ser, pero después de darle algunas vueltas y con muchas dificultades, Ana y yo podemos decir que Bayón es nuestro templo preferido de los tres… Lo bueno, en realidad, es que no hace falta elegir uno porque además son completamente diferentes. Pero Bayón nos pareció el más mágico. El Templo de las Caras Sonrientes. Hay que estar allí para entenderlo… Por cierto, si vais con guía camboyano, seguro que os enseña los sitios donde hay fotos muy curiosas de hacer. Cuestión de perspectiva y de perfiles Amistad

A eso de las 18.00 y ante la imposibilidad de ver el atardecer por las nubes desde Bakheng (el sitio recomendado), volvimos al hotel con una paliza significativa, pero muy felices.

Tras pasar por la piscina, echarnos una siestecita y un buen baño, nos vestimos y salimos a cenar por Siem Reap.

La ciudad por la noche está genial, porque tiene mucho ambiente y muchas opciones para cenar, tomar algo y comprar recuerdos en alguno de losmercadillos nocturnos. Eso y los masajes. Los hay por todas partes y a precios irrisorios (1$ 10 minutos de masaje en los pies).

Nosotros cenamos en el Haven Training Restaurant (Sok San Street, Siem Reap, +855 78 342 404). Lo llevábamos mirado desde casa pues es el número 1 en TripAdvisor y lo recomiendan en un montón de foros y blogs. Tiene la fama bien merecida.

La terraza está genial, la atención es fantástica y el menú, una delicia. Ana cenó pollo al curry (espectacular) y yo una hamburguesa de ternera muy rica. Eso más las bebidas (zumos naturales) y el postre, nos costó 23 $.

Después de cenar nos fuimos hacia la famosísima Pub Street, a vivir el ambientazo de la noche en Siem Reap. La calle tiene multitud de locales para tomar algo, a cada cual más diferente.

Después, nos dirigimos, ya de vuelta hacia el hotel, a uno de los mercadillos nocturnos y de allí, caminamos los diez minutos que nos separaban del hotel aprovechando que hacía una noche estupenda.

Así cerramos nuestro primer día en Camboya, con una jornada muy intensa y muy bonita en el zurrón. Había que descansar porque al siguiente día nos esperaba el segundo asalto con Angkor.

Publicado en Viajes | Etiquetado , , , , | Deja un comentario

12. Viaje a Vietnam y Camboya. Ho Chi Minh: El Delta del Mekong y el Mercado de Ben Thanh

El segundo día en Ho Chi Minh City empezó muy prontito pues a las 07.30 am Tam estaba entrando ya a buscarnos a la recepción paraempezar la excursión por el Delta del Mekong.

Antes de coger el mini bus que nos llevó al puerto, desayunamos como señores en el buffet incluido del hotel. Está situado en la última plantay es espectacular por las vistas y por la variedad de alimentos que se pueden elegir. Una delicia, vamos.

El trayecto en la lancha rápida esta vez fue distinto. Si el día anterior recorrimos la zona pudiente a orillas del río de la ciudad dirección a Cu Chi, este atravesamos toda la barriada pobre. Tam (nuestra guía) nos contó la historia sobre las casas que roban literalmente terreno al río.

Resulta que cuando la crisis apretó y el precio por metro subió mucho, la gente sin recursos buscó un lugar que no fuera de nadie. En sólo unos días, las casas afloraron por doquier como por arte de magia en las orillas del río. Clavaron troncos muy juntos en el lecho del río para usarlos como vigas y encima construyeron las viviendas, como imagináis, tipo chabola, mucha chapa, algo de madera y cartones. Cuando elgobierno fue alertado de esto, había tal número de personas afincadas en el río, que no se atrevieron a desmontar las casas.

En esa zona, las lanchas respetan a los habitantes de la zona del río y no van rápido para no levantar olas. Hay muchos niños jugando en las orillas y la verdad es que se te encoge un poco el alma de ver en las condiciones en las que están…

Nos llamó mucho la atención un detalle de todas las barcazas con las que nos cruzábamos. Era este…

Todas las barcazas tienen dibujados ojos en la parte de la proa. Tam nos contó que se hace porque antiguamente había muchos cocodrilosen el río pero estos no atacaban las barcas porque veían los ojos y pensaban que era un animal más grande que ellos y lo respetaban. Además, también se pintaban los ojos en las barcas porque los capitanes pensaban que como el barco iba viendo el camino de ida, sabría reconocer el camino de regreso a casa Sonriente

La excursión al Delta con OpenTour tiene varias paradas a lo largo del río. La primera, en la Pagoda de Tuong Van. Es un complejo muy grande en el que Tam nos explicó cómo es el día a día en la vida de la comunidad que vive en la Pagoda. La visita no es muy larga así queestuvo bien.

A continuación, volvimos a la lancha y la siguiente parada la hicimos en uno de los mercados del Delta. Antes de bajar de la barca, Tam nos advirtió que era un mercado muy local y para nada turístico y que podíamos encontrarnos alguna cosa «desagradable» de ver, como ver cómo degollaban a una gallina viva o despellejaban a una rana también viva…

La verdad es que tuvimos suerte y no vimos ninguna cosa de ese tipo. Una de las paradas que hicimos con Tam dentro del mercado fue en unpuesto donde una señora muy mayor vendía una especie de huevos. Tam nos contó que esa comida había sido elegida como la comida más asquerosa del mundo según la BBC. Consiste en dejar crecer un poco al pollito dentro del huevo y cuando está en mitad de gestación, se cuece, se abre y se come lo que hay dentro… Chocado

Tras dar un paseo por el mercado, volvimos a la lancha para continuar con la excursión. Después de la Pagoda y del Mercado, lo siguiente eravisitar dos tipos de granja. Ambas viven del Delta del Mekong con la diferencia es que una es una granja de una familia humilde y la otra una de una familia pudiente.

La diferencia, básicamente, estriba en las serpientes. La granja pobre cultiva arroz y vegetales aprovechando el agua del río y tiene gallinas. La granja rica cría serpientes y esto da mucho dinero en Vietnam por el alto valor que tiene el veneno de las serpientes.

Cuando llegábamos a la granja más humilde, vimos una de esas cosas que se me quedó grabada en la retina:

Ana y yo lo comentamos muchas veces a lo largo del viaje: la tremenda lección de humildad que nos llevamos de vuelta a casa. En una sociedad como la nuestra, ver a unos niños pasándolo genial jugando con una cuerda atada a dos árboles o la sonrisa de los vietnamitas pese a no gozar apenas de ninguna comodidad o su tremenda capacidad para reponerse de una Guerra como la que vivieron, nos da una imagen de lasnecesidades tan brutales que nos hemos generado y te devuelve al pensamiento de que ser feliz es una elección y que quizá nuestra filosofía de vida muchas veces no está bien enfocada… Ese pensamiento fue una de las cosas más importantes que nos trajimos de vuelta…

Tras la visita a la granja más humilde (en la que bebimos leche de coco y tomamos un licor muy fuerte que destilan), fuimos a la granja de la familia más pudiente. Tienen mucho terreno, una casa de construcción en cemento y ¡un montón de serpientes! Las había de todos los tamaños…

Mientras estábamos allí, vimos a la abuela de la familia limpiando con mucho cuidado la terraza. Cuando nos marchábamos, la abuela le dijo algo a la guía Tam, mientras me señalaba con una sonrisa. Tam me dijo que las personas rubias les llaman mucho la atención. Así que me acerqué, le di dos besos y me hice una foto que guardo con cariño Amistad

Después de las visitas a las granjas fuimos a comer. La lancha nos dejó en otra zona donde había un orfanato. Al pasar por delante, vimos a los niños echándose la siesta. Tam nos contó que la mayoría eran hijos fruto de relaciones fuera del matrimonio, o bien de infidelidades o bien de parejas que no estaban casadas. Los padres se desentendían y las madres, temerosas de la repercusión, los abandonaban o losentregaban a los orfanatos… Trist

Para comer, nos prepararon un pescado cogido en el río y preparado al estilo tradicional de la zona. Tam nos dijo que no dejáramos de probar la piel, que era de lo más rico. La verdad es que estaba buenísimo.

Después de comer, en esa misma zona, visitamos un templo de la religión Cao Dai. Es una nueva religión que se practica, principalmente, enVietnam y que mezcla elementos de las principales religiones: cristianismo, budismo, taoísmo, hinduismo y confucionismo. La verdad es que alucinamos con el altar… Chocado

Tam nos contó que cada vez tiene más seguidores en el país y que incluso ha salido de las fronteras de Vietnam.

Después de visitar el templo caodaísta, emprendimos viaje de vuelta a Ho Chi Minh City. Aprovechamos el trayecto para hablar mucho con Tam, la guía, con la que habíamos hecho una buena amistad. Le preguntamos por ella y por su vida en HCMC y, aunque le costó un poco abrirse,terminó contándonos cosas que nos dejaron la boca abierta y que nos dieron una dimensión más real de lo que es la vida en Vietnam para los vietnamitas.

Nos dijo que su sueño desde pequeña era hacer un MBA en Londres. Cuando le preguntamos que por qué no lo había hecho, nos dijo queno era fácil para los vietnamitas salir del país. A excepción de Camboya y Tailandia donde pueden viajar sin problemas, el gobierno de Vietnam pone unas condiciones muy duras para concederles el visado de salida. Primero, tienen que estar casados, después, tener una hipoteca de un piso y lo último tener, al menos, 25000 dólares depositados en una cuenta de un banco de Vietnam. Además, lógicamente, de tener el dinero suficiente para poder hacer el viaje lo que, con los sueldos del país, es realmente difícil…

Nos quedamos muy impresionados. Vietnam da una impresión de clima pacífico, también en lo político, pero no es verdad. Se trata de unadictadura comunista en la que las libertades son escasas para los vietnamitas…

Al llegar al puerto, nos despedimos de nuestro grupo y de Tam, y nos fuimos al hotel raudos y veloces pues aún nos quedaba algo muy importante por hacer: COMPRAR!!

Habíamos oído hablar muy bien del Mercado de Ben Thanh y, sobre todo, de la ropa North Face. La verdad es que Vietnam es uno de los países donde más marcas occidentales se fabrican y veréis por las calles durante vuestra visita todo tipo de ropa y otros enseres de marcas muy conocidas.

Nosotros queríamos comprar North Face pues necesitábamos algunas cosas y habíamos leído en algunos foros y blogs que eran de muy buena calidad y a un precio espectacular. Siempre queda la duda de si es completamente original o si son falsificaciones, pero por el precio, decidimos arriesgar.

Habíamos leído que el mejor sitio para comprar North Face no estaba dentro del mercado sino en una de las calles adyacentes. Aún así, primero hicimos una incursión en el mercado para conocerlo por dentro y alucinamos… Es un auténtico caos! Los olores, los colores, los sonidos… es toda una experiencia!

Vimos un poco todo, preguntamos algunos precios y cambiamos dinero. El cambio nos salió mucho mejor que en Hoi An y en Hanoi, muy recomendable. Y hecho esto y con las ideas claras, nos fuimos para la tienda de North Face.

Está ubicada exactamente en la calle Luu Van Lang, saliendo por la salida este del Mercado, es la calle que nace justo enfrente. Hay varias tiendas pero la más grande y la que vimos mejor está a la izquierda de la calle según entras.

Vimos todo lo que nos interesaba y después de una hora de regateo realmente agotador, llegamos a un acuerdo: Un abrigo de alta gama, unplumas sin mangas, dos chubasqueros y una mochila por 110 euros al cambio. Salimos muy contentos con la compra y además nosembalaron todo fenomenal para las maletas. Y os podemos decir que ya con el invierno encima en Madrid, hemos usado y probado todo lo que compramos y estamos contentísimos con el resultado.

Bastante agotados después de la larga jornada, volvimos al hotel, nos duchamos y aún sacamos fuerzas para salir a dar una vuelta y a cenar. Las calles del Distrito 1 estaban hasta arriba de gente que disfrutaba de la noche de Saigón.

Terminamos cenando en una pizzería de una de las calles principales donde había bastantes parejas jóvenes y grupos de amigos. Cuando nos sentamos entre ellos, nos miraron con curiosidad y lo mismo nos ocurrió a nosotros con ellos pues nos recordaron algunos a nuestros primeros tiempos con nuestros amigos o en pareja disfrutando de la cena y unas buenas risas. Miles de kilómetros, culturas distintas pero, en realidad, no es mucho lo que nos separa.

Tras dar otro pequeño paseo (y alucinar con la gente que hay en los parques haciendo gimnasia al ritmo de la música), llegamos al hotel, preparamos las maletas y nos acostamos. Al día siguiente, dejaríamos Vietnam para viajar a Camboya. Angkor nos esperaba.

Publicado en Viajes | Etiquetado , , , , , | Deja un comentario

11. Viaje a Vietnam y Camboya. De Hoi An a Ho Chi Minh City y la visita a los túneles de Cu Chi

Aún no había amanecido cuando el sonido de “Waiting for a sunny day” the Springsteen nos sacaba de los brazos de Morfeo y de la comodísima cama del Hoi An Chic Hotel. Aquel lunes 14 de julio, nuestros pasos nos alejaban de un lugar donde sin duda dejamos un trocito de nuestro corazón, la mágica Hoi An, para llevarnos más al sur, a una ciudad repleta de historia, Ho Chi Minh City, la antigua Saigón.

Tras devolver las llaves y despedirnos del personal de recepción del hotel (ya habíamos hecho el check out la noche anterior para ganar tiempo), elcoche que habíamos cogido también con el hotel, nos esperaba puntual en la puerta. Cuando entramos, descubrimos dos bolsas de desayuno picnic esperándonos en los asientos. Un detalle que no por ser habitual en Vietnam, deja de tener su mérito (nosotros no lo habíamos pedido, pero ellos lo pusieron motu proprio). Por cierto, el precio del coche que nos llevó fue casi la mitad que lo que cuesta el taxi desde Da Nang, lo digo porque si vais a alojaros en el Hoi An Chic, quizá merece la pena contratar el coche para que vaya a buscaros al aeropuerto.

El trayecto desde el hotel a Da Nang nos llevó unos 35 minutos. Nos llamó la atención, como nos ocurrió en la ida, la cantidad de cadenas internacionales de hoteles que están situados en la carretera de Da Nang, a lo largo de la costa. Dentro de poco, puede que el turismo en esa zona esté realmente masificado… Trist

Ya en el aeropuerto y tras facturas las maletas, desayunamos tranquilamente nuestros picnics, pasamos el control y embarcamos puntualmente para salir dirección Ho Chi Minh City en un vuelo que duró algo más de una hora.

En el aeropuerto de HCMC, tras recoger las maletas, nos encontramos con el conductor del hotel. Para nuestras dos noches de estancia en la antigua Saigón, nos alojamos en el Paradise Saigon, situado muy cerca del mercado de Ben Thanh.

El plan para HCMC era sencillo: una excursión por día (túneles de Cu Chi y Delta del Mekong) y el resto de tiempo, para ir al mercado ,pasear por el centro y cenar bien.

Las excursiones las cogimos con VietnamOpenTour-Sinh Cafe. Como teníamos poco tiempo y queríamos tratar de no invertir la jornada completa en la visita, elegimos una opción un poquito más cara pero muy recomendable: la lancha rápida. En lugar de viajar en autobús, te desplazas tanto a Cu Chi como al Delta en una speed boat. Ahorras un montón de tiempo, el trayecto es súper chulo y el servicio en la lancha esmagnífico. Nosotros pagamos por persona 140 euros por las dos excursiones incluyendo traslado al puerto, trayecto en la lancha ida y vuelta, desayuno y comida y barra libre de bebidas y frutas, además de la guía en inglés. Ya os digo que una opción algo más cara pero muy recomendable.

En la lancha, comiendo dragon fruit

Cuando llegamos al hotel desde el aeropuerto, hicimos el check in, dejamos las maletas (no tenían aún preparado la habitación porque era muy prontito) y a las 11.00 en punto, Tam, la que iba a ser nuestra guía los dos próximos días, entró en la recepción del hotel a buscarnos.

Desde el hotel, nos llevaron hasta el puerto y allí embarcamos junto a otras 8 personas más en nuestra lancha rápida camino de Cu Chi.

La barca es cómoda y el trayecto resulta muy interesante. Para los que os preocupe, no marea nada ni da sensación, es agradable. Además, Tam va explicándote cosas de interés, vas tomando frutas exóticas y viendo el paisaje.

En algo más de 1 hora llegamos a Cu Chi. Habréis leído mucho sobre la conveniencia o no de realizar la visita. A nosotros nos gustó bastante. También suma que Tam es una guía extraordinaria. Su inglés es fluido y muy inteligible y lo explica todo fenomenal, haciendo ganar aún más interés a la excursión.

Al inicio de la visita te enseñan un vídeo histórico cargado de un fuerte carácter político (no hay que olvidar que Vietnam está regida por una dictadura por mucho que a veces parezca otra cosa). A partir de ahí, te explican el contexto de la construcción de los túneles, la utilidad, lastácticas de guerrilla y cómo era la vida en aquel lugar durante los más de quince años que duró la Guerra de Vietnam.

El primer momento chulo de la visita es cuando descubres la primera entrada al túnel. Algunos se preguntan cómo sorprendían los vietnamitas a los americanos y cómo hacían para aparecer y desaparecer en medio de la jungla. Lo hacían así:

Impresiona también mucho ver las trampas que tendían los vietnamitas a los americanos, a cual más ingeniosa y más mortal. Eran unosartistas del camuflaje y del engaño y se sacrificaban completamente por su causa. Sólo así se entiende que consiguieran ganar aquella guerra: huellas del calzado al revés para confundir, consumo exclusivo de tapioca para reconocer el olor, chimeneas desviadas kilómetros de las cocinas reales… Y muchas más cosas que os dejarán asombrados.

Y el momento culmen de la visita es cuando tienes la posibilidad de bajar a los túneles y transitar por ellos. Es muy impresionante. La entrada la han ampliado mucho y la han convertido en una especie de boca de metro…

Al bajar, te dicen que hay un tramo visitable de unos 100 metros y que puedes salir a los 30, los 60 o llegar hasta el final.

Para avanzar por el túnel, tienes que ir completamente agachado y además, los hombros te van tocando con los lados. Eso sumado a que vasa oscuras excepto por una pequeña linterna. La sensación es agobiante. A Ana y a mí nos bastó llegar hasta la salida del primer tramo para hacernos una idea… Eso sí, creo que si visitas los túneles, recorrer ese tramo es indispensable.

Al final del recorrido te dan la posibilidad de disparar armas de la Guerra de Vietnam pagando una cantidad. Nosotros no disparamos pero hubo gente que lo hizo y que lo disfrutó.

En resumen, a nosotros nos gustó la excursión y la recomendamos.

De vuelta a Saigón, llegamos a nuestra habitación, nos duchamos y nos bajamos un rato a la zona de Wellness.

Y para poner el colofón al día, fuimos a cenar a Ichiban Sushi, (204 Lê Lai, Bến Thành, 1) restaurante japonés de HCMC número 1 en Tripadvisor en aquel entonces.

Cenamos genial, sabores nuevos y muy ricos en un local muy guay y pagamos apenas 25 euros en total por uno de los mejores restaurantes de la ciudad… Aplauso

Publicado en Viajes | Etiquetado , , , , , , , , | Deja un comentario

10. Viaje a Vietnam y Camboya. Hoi An. Un día de descanso y disfrute en Cua Dai Beach

Cuando elaboramos el itinerario, tuvimos muchas dudas sobre el reparto de las días en esta zona de Vietnam. Finalmente, después de darle muchas vueltas (y teniendo en cuenta la exigencia que ya tenía el propio itinerario), decidimos descartar la visita a Hue y dedicar un día entero a disfrutar y descansar en Hoi An donde, según todos los blogs y foros, encontraríamos todo lo necesario para hacerlo: un pueblo súper tranquilo, unos hoteles estupendos y una playa maravillosa.

Después de descansar un buen número de horas, nos levantamos y disfrutamos del desayuno incluido del hotel. Es un magnífico buffetservido en el restaurante, con cocinero que te prepara al momento huevos fritos o revueltos, tortitas… Además hay un montón de productos naturales, cocina vietnamita, zumos de todos los tipos… una maravilla, vamos.

Tras el desayuno, cogimos las toallas y los sombreros de paja que había en la habitación y pedimos en recepción dos bicis que te prestan de manera gratuita.

Ya con todo, nos marchamos hacia la playa de Cua Dai, situada a poco más de dos kilómetros. En el camino en bici hasta la playa, se pueden verimágenes que, aunque llegas a acostumbrarte cuando estás allí, son realmente bonitas y las recuerdas con cariño cuando vuelves a casa:

Un campesino trabaja en un campo de arroz con el sombrero tradicional

Justo antes de llegar a la playa, te desvían hacia un parking porque no se puede entrar en la arena con las bicis. Al principio nos resultó un poco raro (la típica desconfianza española) pero uno termina entendiendo que Vietnam no es un país donde la picaresca esté a la orden del día. Dejas la bici, la pones el candado, pagas una pequeña cantidad y te dan un resguardo a cambio. Sin trampa ni cartón ni más vuelta de hoja. Ahora os cuento otro ejemplo del choque de culturas y de lo que nos cuesta a veces cambiar el chip a los españoles.

Pese a que habíamos leído que la playa estaba bien, cuando llegamos y vimos el panorama nos quedamos alucinados: es una auténtica pasada. Palmeras, arena blanca, el agua limpia y con un color precioso azul turquesa y, encima, muy poca gente. Vamos, que teníamos una playa paradisíaca casi para nosotros solos.

Nos instalamos bajo una palmera (el calor apretaba bastante a esas horas) y nos pusimos a leer, a hacer crucigramas y a charlar, típico divertimento de playa con la diferencia de hacerlo en una playa del Mar Meridional de China a unos 11.000 kilómetros de casa Muy feliz

Al ratito, llegó una vendedora ambulante. Se presentó, educadísima, nos contó un poco su historia (los días que pueden y no pueden trabajar, cómo funciona la venta ambulante en Hoi An y otras cosas). Nos pareció tan interesante y tan maja que aunque no teníamos intención al principio de comprar nada, terminamos cogiendo algunos recuerdos: unos magnetos para la nevera y varios llaveros. Y aquí viene el otro ejemplo del choque cultural…

Cuando fuimos a pagarle, vimos que no habíamos traído mucho dinero a la playa. Nos dijo que no había problema, que le dijéramos cuál eranuestro hotel y que a la hora que le dijéramos, se pasaba a cobrar. Sin más, nos entregó los regalos y le dijimos que cogiera algo de dinero como señal. Se negó en rotundo, dijo que ese dinero lo necesitaríamos para tomar algo en la playa y que luego se pasaría tranquilamente por el hotel. La verdad es que nos quedamos alucinados de que no desconfiara y de que, con todos los hoteles que hay en Hoi An, no pensara ni por un momento que la hubiéramos engañado.

Y ahí no queda todo. Cuando ya se marchaba, nosotros decidimos darnos una buena vuelta por esa playa tan maravillosa. Como hubiéramos hecho en España, cogimos la mochila con la cámara de fotos, los móviles, el kindle y la cartera. Luli -así se llamaba la vendedora- se nos quedó mirando y nos dijo que por qué nos llevábamos todo, que si lo íbamos a necesitar en el paseo. Cuando le dijimos que era por si acaso nos lo robaban, se quedó boquiabierta. Nos dijo que eran nuestras cosas y que a nadie se le ocurriría tocarlas. Pero además lo dijo como si nosotros viniéramos de un planeta extraño, alucinada por que hubiéramos pensado algo así. Pensamos que era maravilloso ese nivel de respeto en Vietnam pero también qué pensarían los pobres vietnamitas si vinieran a España… (si su gobierno les dejara salir del país fácilmente, claro).

El paseo fue estupendo. La playa es muy ancha y la arena muy fina por lo que no hay impedimentos para disfrutar ampliamente de la caminata.

Tras el paseo, un buen baño y tomar el sol otro ratito, volvimos al hotel. Comimos algo en el restaurante, pagamos a Luli que se pasó por el hotel para cobrar y nos echamos otra siesta de campeonato.

Al atardecer, volvimos a Hoi An. Paseamos mientras caía el sol y nos dio tiempo a ver el mercado de frutas y verduras. Cuando ya cayó la noche, vimos que a las orillas del río, muchas mujeres vendían unas velas flotantes. Las enciendes y las dejas sobre el agua a modo de ofrenda mientras pides un deseo. El efecto es muy bonito aunque no se aprecia muy bien en la foto…

Y antes de cenar lo último que hicimos del día fue para comprar unas lámparas para casa. Son uno de los productos más típicos de Hoi An y un recuerdo estupendo.

Para cenar, elegimos Minh Hien Vegetarian, en Tran Cao Van, 50, un restaurante vegetariano recomendadísimo en los foros y en Tripadvisor. Está un poco a las afueras del casco antiguo pero merece la pena porque estaba todo delicioso y, una vez más, a un precio estupendo. Una opción muy buena.

Y así terminó nuestra estancia en Hoi An. Dos días deliciosos en un lugar que es un auténtico oasis en Vietnam. Un sitio maravilloso para pasear, descansar y reponer pilas del que caeréis irremediablemente enamorados Heart

Publicado en Viajes | Etiquetado , , , , | Deja un comentario

9. Viaje a Vietnam y Camboya. Hoi An: Un Oasis en el centro de Vietnam

Aunque dice el refrán que «el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra», también es verdad que se aprende de la experiencia, así que ya sabiendo con lo que nos íbamos a encontrar, nuestra segunda noche en el Tren Cama fue mucho mejor que la primera.

Lo que no varió respecto a la ida fue el retraso. No es sólo que no mejorase, sino que además fue a peor, lo que nos puso en una situación muy complicada de cara a nuestro vuelo a Hoi An de esa mañana. El tren partió de la estación de Lao Cai a las 20.20 de la tarde con llegadaprevista a Hanoi a las 04.10. El plan era que un chófer del hotel nos recogiera en la estación, nos llevara al hotel donde podríamos desayunar y ducharnos, recogeríamos las maletas y nos llevarían al aeropuerto para coger el avión a Hoi An.

La cosa empezó a ser verdaderamente preocupante cuando dieron las 6.30 de la mañana y no tenía ninguna pinta de que estuviésemos cerca de llegar a Hanoi. Salí al pasillo y pregunté a un chico uniformado que encontré. Muy sonriente y sin ningún gesto de contrariedad me dijo quefaltaba más o menos una hora para llegar… Chocado

Con todas las alarmas encendidas, llamé a la recepción de nuestro hotel en Hanoi y le expliqué la situación. Le dije que el tren llegaba tardísimo y que el coche tendría que recogernos en la estación con nuestras maletas ya cargadas y llevarnos directamente al aeropuerto.

Un poco nerviosos, llegamos finalmente a las 07.20 a la estación (con más de 3 horas de retraso!). El chófer estaba allí con nuestras maletasy además, nos traía en una bolsa el desayuno. Todo un detalle de un hotel que, como imaginaréis, recomendamos encarecidamente por cómo nos trataron (además de por precio, ubicación y todo lo demás).

Pasado el estrés, todo fue fenomenal. La llegada al aeropuerto, la facturación, el embarque y el vuelo fueron de maravilla y cuando quisimos darnos cuenta estábamos aterrizando en el aeropuerto de Da Nang tras poco más de una hora de trayecto.

En la terminal, buscamos un taxi para llegar hasta Hoi An. Cuando estábamos a punto de cogerlo, un hombre se acercó a nosotros y nos dijo si queríamos compartir taxi y gastos. Nos pareció una opción estupenda.

Resultó ser un americano que estaba en Vietnam de viaje de negocios y había aprovechado para hacer un poco de turismo. Gracias a su intervención, un trayecto que suele costar unos 500.000 VND nos salió por la mitad.

Después del periplo por Sapa y Halong Bay y de haber cogido un hotel de perfil más bajo en Hanoi, habíamos decidido que en Hoi An iríamos a un sitio mejor aunque págasemos un poquito más. Fue un acierto total…

El Hoi An Chic, situado justamente a medio camino entre el pueblo y la playa de Cua Dai, es un hotel boutique. Construido entre campos de arroz, las habitaciones son bungalows a los que se llega a través de estanques de lotos y pequeños jardines, muy parecido a lo que puedes encontrar en cualquier resort de lujo.

Lo fantástico es que lo que no es de lujo es el precio. Ana y yo pagamos menos de 70 euros por noche con desayuno buffet incluido.

Y aunque ya antes de llegar pensamos que era una buena inversión, nuestras sospechas se confirmaron cuando vimos que todo era mejor incluso de cómo lo imaginábamos.

Tras instalarnos, decidimos que lo primero que haríamos sería darnos un bañito en la pisci y luego comer. Después de casi una semana en Vietnam, le dije a Ana que ese día me apetecía mucho cambiar los noodles y los rollitos por algo de comida occidental. En todos los restaurantes suele haber esta opción y también la había en el del hotel. Así que Ana tomó una hamburguesa y yo me comí una pechuga de pollo parmesano con patatas fritas con estas vistas…

Después de comer y echarnos una pequeña siesta, cogimos el transporte gratuito que el hotel ofrece para ir a Hoi An. Se trataba, nada más y nada menos, de un Jeep americano de la época de la Guerra de Vietnam. Así que montados en un trozo de historia, recorrimos los dos kilómetros que separan el hotel del pueblo.

El conductor nos llevó justo hasta la zona donde dejan circular los coches, pues en Hoi An está prohibido el tráfico de coches y motos por el centro histórico lo que es una auténtica bendición.

No quiero destriparos mucho de Hoi An. Sólo diré que es una verdadera joya. Sólo el hecho de poder pasear entre las tiendas y las casas antiguas sin tener que ir pendiente de que te atropelle una moto, es una maravilla.

A medida que anochece, Hoi An va cobrando vida en forma de los farolillos de colores situados por todo el centro histórico. El efecto es especialmente bonito en el río, desde donde hay una perspectiva preciosa y desde donde se puede disfrutar también del antiguo puente que da fama a Hoi An.

Ese día nos conformamos con pasear y no visitamos ninguno de los monumentos de la ciudad, aunque sí que cogimos la entrada que te daacceso a cinco de las atracciones por unos 6 dólares.

Justo antes de cenar, paramos en un precioso puesto de pinturas. En casa tenemos un recuerdo en la pared de todos los sitios del mundodónde hemos estado y de Vietnam, nos enamoramos de las pinturas que vimos expuestas. Después de mucho comparar y de regatear un buen rato, terminamos comprando las tres que más nos gustaron. Un recuerdo genial que hoy cada vez que vemos en casa nos transporta de vuelta a Vietnam.

Siguiendo con la tónica de la comida, el antojo de aquella noche era… comernos una Pizza! Y en Hoi An hay un sitio italiano estupendollamado Good Morning Vietnam, regentado por un italiano y donde se puede comer auténtica comida transalpina a un precio muy razonable. Nosotros pagamos 18 euros por dos pizzas, la bebida y los postres.

Por cierto, para seguir con las cosas buenas, hay que decir que la temperatura en Hoi An es muy agradable. No llega al fresquito de Sapa pero desde luego tampoco al calor tremendo de Hanoi, así que otro punto a favor de Hoi An Aplauso

Tras dar otro paseo para bajar la cena por las apacibles calles de Hoi An, cogimos un taxi (a esa hora ya no había shuttle de vuelta) y llegamos al hotel. Al día siguiente, nos esperaba la playa y otro día de descanso y asueto en la preciosa Hoi An.

Publicado en Viajes | Etiquetado , , , , , , | Deja un comentario

8. Viaje a Vietnam y Camboya. Y al segundo día, Sapa nos deslumbró… (y otro viaje en tren nocturno)

Suelo pensar que, de vez en cuando, conviene perder las comodidades básicas para luego, cuando las recuperas, valorarlas en su justa medida. Nos ocurrió en nuestros dos Caminos de Santiago, en algún retraso aéreo terrible o en otros casos en nuestros viajes por el mundo. Y nos había ocurrido la noche anterior con el viaje en tren, la tormenta que nos caló hasta los huesos, el retraso y todo lo demás.

Por eso, aquella noche nuestra cama del Fansipan View nos pareció la más cómoda del mundo y descansamos como hacía tiempo: dormimos casi 10 horas (ya no recordamos cuándo fue la última vez).

Además, cuando abrimos las cortinas, vimos que, aunque con algunas nubes, la lluvia del día anterior había quedado atrás y que brillaba el solsobre el cielo de Sapa. Después de la tormenta siempre viene la calma Aplauso

Así que con una sonrisa de oreja a oreja, bajamos a desayunar dispuestos a afrontar una jornada estupenda, con la esperanza de que Sapa nos descubriera esa magia de la que tanto habíamos oído hablar y que se había resistido el primer día.

Nada más salir del desayuno dispuestos a iniciar la marcha, nos encontramos con nuestras amigas…

Y esta vez, según nos dijeron nada más vernos, nos acompañarían durante toda la jornada porque iríamos a visitar ¡su pueblo!

Rápidamente se repartieron. El modus operandi es sencillo: cada una se empareja con una persona del grupo. Se presentan, te preguntan tu nombre, tu país y algunas cosas más y te acompañan durante la jornada. Ya os digo que dicho así puede parecer un poco agobiante, pero termina siendo enriquecedor, porque tampoco son unas pesadas que no dejan de hablar, simplemente te cuentan curiosidades, te preguntanpor cómo es nuestra vida en nuestro país y te echan una mano cuando el camino se complica.

Hay una cosa que nos resultó muy curiosa: evidentemente su objetivo final es venderte algunas de las cosas que ellas mismas fabrican: pulseras, monederos, bolsitos… Pero durante las primeras horas de trekking, no te comentan absolutamente nada de la venta. Sólo charlan. Y terminan estableciendo una relación. Son simpáticas, amables y buenas conversadoras. Y es alucinante cómo han conseguido aprender inglés en el lugar en el que viven. En nuestro caso además, eran mayores, cercanas a los 60. Un mérito tremendo. Ya os digo que,lejos de causarnos molestias, a Ana y a mí nos parecieron, junto a los paisajes, la verdadera esencia de Sapa.

El itinerario previsto del día era visitar Ta Van, Giang Ta Chai y Su Pan. Y rápidamente, en cuanto dejamos Sapa, empezamos a ver paisajes muy bonitos:

Nos gustó mucho ver a los cerdos vietnamitas que tan de moda se han puesto en USA como mascotas, corriendo por allí en su hábitat naturalcon las interminables terrazas de arroz como telón de fondo.

A medida que íbamos avanzando, aumentaba cada vez más la belleza del entorno. ¡Y también la dificultad del trekking! Debido a las lluviasdel día anterior, los caminos de tierra estaban muy resbaladizos y costaba no caerse. Bueno, pues las mujeres de la tribu, calzadas con una especie de chanclas de goma, no sólo no resbalaban, sino que además ayudaban a la gente del grupo en las zonas más difíciles.

Hubo un momento muy divertido después de un tramo de estos complicados. Había coincidido que Ana y yo no habíamos tenido que recibir ayuda porque apenas habíamos resbalado y en un momento dado, varias de las mujeres de la tribu se juntaron y empezaron a hablar entre ellas y a señalar nuestro calzado. Después se acercaron y tocando nuestras botas dijeron: «very good, very very good, good grip». Sorprendidos, les dimos las gracias, satisfechos por nuestra compra de hacía ya unos años en Decathlon: las típicas quechua de trekking que llevan acompañándonos desde Australia 2011.

La caminata siguió su curso, con alguna parada para comprar bebidas en puestecillos ambulantes. Y tras un recodo del camino, el paisaje se abrió dejando a la vista un valle verdaderamente bonito…

Hubo varias veces que nos quedamos con la boca abierta de la belleza del terreno. En ese segundo día apreciamos mucho mejor la riqueza natural de Sapa y el motivo por el que es uno de los puntos más visitados de Vietnam.

El descenso siguió hasta que, tras atravesar un puente rojo, llegamos a la aldea de las Black Hmong. Allí, nuestras acompañantes nos obsequiaron con dos figuritas que habían hecho con hojas de una planta y, finalmente, sacaron su mercancía que les compramos de mil amores: varias pulseras, un monedero y un bolsito.

Tras las compras, comimos allí mismo en una especie de nave con vistas al río. Nos prepararon unos noodles fritos con ternera. Un plato único rico y suficiente.

Y después de comer, aún quedaba un trayecto de más o menos una hora hasta la aldea de la Tribu Dao Do, cuyas mujeres relevaron a las Black Hmong y nos acompañaron en ese último tramo del trekking. La diferencia entre ellas está básicamente en el sombrero, que lo llevan de color rojo.

Esos últimos kilómetros, pese a ser mucho más llanos, también los disfrutamos mucho. Visitamos una casa de los Dao Do para ver su modo de vida (más evolucionado que el de los Black Hmong) y probar un licor que destilan y que está muuuy fuerte jaja.

Al llegar al final del camino, nos despedimos de nuestras acompañantes (ya sin comprar nada porque apenas teníamos dinero en efectivo encima) y volvimos en mini bus a Sapa, para darnos una ducha, recoger las mochilas, cenar algo y coger la furgoneta dirección de Lao Cai.

El tren desde la estación salió puntual, a las 20.20. Nos preocupaba que pudiera volver a retrasarse porque la mañana del día siguiente, recogeríamos en el hotel de Hanoi nuestras maletas y tomaríamos a las 09.20 un vuelo dirección a Hoi An.

Atrás dejamos Sapa con un gran sabor de boca. Y es que las cosas no son como empiezan y aunque nos costó un poco, terminamos disfrutando mucho de nuestra aventura entre tribus y terrazas de arroz en el norte de Vietnam.

Publicado en Viajes | Etiquetado , , , , , , | Deja un comentario